
Todo lo que sube baja. Días de un optimismo radiante, y otros que no levanto cabeza. Proyectos que aparecen con la magia de la palabra, un café entre amigos, miles de ilusiones, aporreando unos folios, ganas de hacer, crear, sentir... Noches en vela, visualizando las ideas, como si ya estuvieran construidas... y otras noches en vela, visualizando las ideas, como un barco a la deriva. El caso es que ... no duermo ni leches. Y así me va.
Mi cabeza es un laberinto, la confusión me reina. El nombre del cuadro recién acabado, Nahaspila.
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