Semana intensa. El sábado estrenábamos (Kromlech) el montaje de la escucha que habla. Estuvo muy bien.
Este viernes y sábado ponemos (el Taller de Teatro de adultos de Uharte) en escena "Zarpazos", una obra dirigida por Ana Maestrojuan. Estoy muy emocionado, porque la obra se las trae, me parece que vamos a presentar un trabajo muy bueno, muy elaborado y sobre todo, de esos montajes que nadie sale indiferente.
Y por último, nervioso, esperando cuando la directora nos llame para comenzar las lecturas y preparativos de la Ciudad de la Luz.
Se supone, que ante tamaña actividad, uno debiera estar absorto, entretenido, al menos con la cabeza ocupada lo suficiente como para que los ruidos, las voces internas quedasen, si no anuladas, si al menos en otro espacio más lejano.
Pero no. Va a ser que no.
Estamos en luna llena. A la noche. Me pasa a la noche...
Yo me acuesto pronto, leo un poco, (estoy con Pirandello . Seis personajes en busca de autor y otras), hasta que las letras del libro se difuminan y mis ojos se acaban cerrando. Y de repente me despierto en una Plaza pública, abarrotada de gente y estoy desnudo. Siento angustia. Bajo la mirada al suelo, pretendiendo con ello pasar desapercibido. Pero la gente me rodea y se mofa. Se mofan y me increpan. No quiero mirar sus rostros. Y aunque no los mire, yo sé quien es cada uno. Los conozco. Pero lo más angustioso, no es que los conozca y ellos sepan quién soy yo. No.
Lo angustioso es que les quiero, les quiero muchisimo. Siento mucho cariño por ellos/as. Y sin embargo ellos se mofan de mi... no sé bien de qué, supongo que de mi desnudez.
Me lo tengo que mirar.
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