11 jul 2009

La mochila pesa demasiado.

Hemos llegado hasta aquí. Y yo ya no puedo más con esta mochila. ¡Que cruz!. Me paro. Hay que pararse porque esto no puede ser. Voy hecho una mierda.

Ya esta bien. ¡ Vale!. ¡Lo admito!. No se le puede dar al botón "preview" y recomenzar en el punto extraviado, como si la vida fuera un ensayo teatral y pudiéramos volver atrás, a la escena donde nos perdimos. No se puede y no se puede. Y como no se puede hay que seguir viviendo.
Y admitir que seguimos, es también como empezar de nuevo. Hay que vaciarse. Hay que aligerar la mochila, que de tanto que hemos ido recogiendo por el camino, tenemos cosas inútiles, que solo aporta pesadumbre.

Dejo la mochila en el suelo, la abro y comienzo a sacar lo inservible:

-Imposibles. ¡Joder! . ¡Vaya colección de imposibles!. Aunque tuviera capacidad de hacer posible semejante colección -que no la tengo-, no podría tener tiempo. Como dijo Chaplin, "Todos somos aficionados. La vida es tan corta que no da para más". He de sacar tanto sueño. Pesan una barbaridad y no deja que me centre. Debo priorizar que es lo que realmente quiero. Todo no puede ser. Y comienzo a sacar. Como los viejos juguetes del baúl del trastero. Voy sacando uno a uno mis sueños imposibles. Que me da pena. Que me jode tirarlos.

-El pasado. Hay formas del pasado que uno las lleva incrustadas en la mente y en la piel. ¿Para que más?. ¿Para que añadir más pasado a lo que ya llevo inevitablemente?. Fuera pasado de la mochila. Lo bueno y lo malo del pasado ya va en mi. Soy resultado de lo vivido. Con eso es suficiente.

-¡Cuanta gente!. Pero solo es gente. No se de que me viene este empeño por meter gente en mi mochila. Si a la hora de la verdad, es solo eso. Gente. Gente a la que no importo más allá de lo que puede importar un vecino, o el panadero al que compras el pan todas las mañanas. Gente que solo les movía un interés circunstancial y por eso se introdujeron en la mochila. Gente que me ha utilizado a su antojo. Los he de sacar de la mochila. No me da para dar a todos y de querer dar tanto a todos, los que realmente están cuando los necesito, apenas tienen de mi. No es justo.
Hay que sacar gente, para dejar en la mochila a los que estuvieron desde el principio, los que siguieron estando aún después de conocerme , a los que me han padecido y han querido seguir estando y a los que se acercan y me piden estar. La gente a la que importo y gente que no me juzga y aún haciéndolo continúan estando cerca. El resto, es solo empeño mío. La amistad es como el amor, cosa de dos. No basta que solo uno quiera.


¡Buff! De momento tengo suficiente, esto me llevará un rato. Así que me despido por un tiempo.

Feliz verano.

Un abrazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Kaixo Txiski.
Es muy bueno, pararse de vez en cuando para examinarse. Una introspección. Pero creo que vuelves a cometer el error que siempre va contigo. Blanco o negro. Todo o nada. Date tu tiempo. Y dale el tiempo a la "gente". Ya sé que va con tu personalidad y que ahora lo estás pasando mal. Pero para que la introspección funcione, tienes que alejarte un poco, para ser lo más objetivo posible.
No tires nada de tu mochila, creo que es una mochila muy valiosa, que ademá te la has ido ganando. Es pesada, a veces. Pero es tan simple, como descansar. No quieras andar todo de golpe.
Un besazo muy grande.
Y no se te ocurra sacarme de tu mochila.
Liz.

JOSU dijo...

Cuando escribí esto, estaba en un arrebato iracundo.
Es lo que tiene estos de internet. Uno se lanza a escribir y no repara en nada.
Luego vienen los arrepentimientos.
Mi mochila sigue intacta, como no podia ser de otra manera. Es que la mochila está pegada a mi espalda, si me la quito, moriria. La mochila soy yo.

Gracias por estar.